domingo, 1 de agosto de 2021

FINAL. LA PATRIA DEL POETA.

FINAL.

LA PATRIA DEL POETA.

DEDICADA
Á EN RAMON PICÓ Y CAMPAMAR.

Sursum corda.
(L´Esglesia.)


¿Quína es la terra pera sempre hermosa
Per que batega del poeta´l cor;
La patria d´existencia venturosa
Que li sonriu com una aubada d´or?

Ell la veu en los somnis nit y día,
La descubreix de lluny com l´ideal,
De sos aucells ascolta l´harmonía,
De sa visió té´l goig esperitual.


FINAL.

LA PATRIA DEL POETA.

DEDICADA
Á D. RAMON PICÓ Y CAMPAMAR.

Levantad los corazones.

(La Iglesia.)

¿Dónde está la hermosa tierra, por que suspira el corazon del vate?
¿Dónde la feliz patria, que le sonríe cual brillante aurora?

La ve en sus sueños; la descubre en lontananza como un ideal; escucha los armoniosos trinos de sus pájaros; la contempla con inefable gozo.


Com rica pluja del estiu tardana
Que á flors mig mortes fa badar bon ull,
Y als arbres decayguts en l´erta plana
Fe desplegar ab nova pompa´l full;

Axí ´l pressentiment d´aquexa terra,
La viva recordança que ´n té ´l cor,
Reviva en ell la pau que´l mon esguerra,
Y obri la vista com del camp la flor.

¿Còm no, si es ella l´hermosura nova
Que del afany lliberta l´esperit?
¿Còm no, si hi cantan ignorada trova
Que l´interior embadaleix del pit?

Los ciutadans d´aquexa Vall aymada
Dintre son cor no estojan malvestat;
Sa ánima de dol no es rodejada;
Boga son seny pe´l mar de veritat.

¡Oh, sí; no tenen l´ánima adolida
Dels dubtes per la cárrega cruël;
Comprenen los misteris de la vida;
Dorada copa no ´ls presenta fel.

¡Sí!; en exa patria del plaher no troban
Lo llit nupcial cubert ab vels de mort,
La innocencia dels nins los vells no roban,
Ni adoradors hi té la lley del fort.


Como tardía lluvia de verano, que reanima las agostadas flores, y hace desplegar con nueva pompa las hojas de los árboles en la vasta llanura;

Así, al presentimiento de esa tierra, al vívido recuerdo que de ella tiene el alma, renace la paz espiritual; y el hombre levanta la cabeza, como la flor del campo.

¿Cómo no, si ella es la nueva hermosura, que de afanes liberta al humano espíritu? ¿Cómo no, si en ella se canta un cantar que embelesa lo íntimo del pecho?

Los habitantes de ese amado Valle, no esconden en su corazon el crímen; el dolor no rodea su alma; su entendimiento navega por el mar de la verdad.

¡Oh, sí!; no tienen apesadumbrada la conciencia con la cruel carga de las dudas; comprenden los misterios de la vida; no se les ofrece hiel en dorada copa.

¡Sí! En esa patria del gozo puro, no hay lecho nupcial cubierto con velos de muerte; los viejos no roban la inocencia á los niños; ni tiene adoradores la ley de los tiranos.


Vora ´ls brancons d´un tejinat de palla
No ´s veuen les motlures d´un palau;
Ni los horrors de estúpida batalla
Reben honres degudes á la pau...

En los bosquets de perfumades roses
Que guaytan d´un bell riu dins l´ona d´or,
S´escometen les verges ruboroses,
Clara mostrant l´eternitat del cor.

Ergulloses palmeres remorejan,
Mesclant sa veu ab los murmulls del riu;
Llargues arbredes sos fruyters rumbejan;
L´ayrosa Flora per lo camp sonriu.

Vestits de llum més resplandent y clara
Que la qu´envía del matí lo sol,
Per nobles archs d´arquitectura rara
Va dels poetes lo sagrat estol.

Floretes naxen á son pas de gloria,
Del sentiment conversan y l´amor,
Conversan ab los héroes que victoria
Tenir saberen del mundá furor.

Y ab los pacífichs genis que poliren
L´aspra terra, tornantla rich verger;
Los qui del home lo progrés conduiren
Pe´ls drets camins de la Bondat y´l Ver.


Al lado de infeliz chozuela no se destacan las ensambladuras de rico palacio. Ní los horrores de estúpidas batallas reciben los gloriosos nombres debidos á la paz.

En bosquecillos de encendidas rosas, que se miran en la dorada superficie de manso río, departen amigablemente grupos de castas vírgenes, demostrando la eternidad de los bellos sentimientos.

Esbeltas palmeras cimbran sus palmas, uniendo rumores á los murmullos del río; largas arboledas ostentan sus frutales; la gentil Flora sonríe en las campiñas...

Vestidos de luz más resplandeciente que la del sol de la mañana, por arquerías de noble arquitectura, va la sagrada muchedumbre de los poetas.

Florecillas nacen á su glorioso paso; hablan del puro sentimiento y del amor; hablan con los sublimes héroes que supieron alcanzar victoria de las sugestiones mundanales.

Y con los pacíficos genios que cultivaron la salvaje naturaleza, tornándola delicioso verjel; y con los que guiaron el humano progreso por las derechas vías del Bien y la Verdad.


Gosant la llum de l´infinita Essencia,
Lo mon vejent baix de sos peus rodar,
Y´ls gays colors ab que de Deu la ciencia
Sabé de l´auba lo mantell pintar;

Un himne d´entussiastes harmoníes
Elevan pur, inmens al Esperit;
Del pensament s´axeca d´Isaíes,
Se vivifica en l´harpa de Davit.

Homero canta ab lira misteriosa
De sa patria novella ´ls pobladors;
Píndaro en exa terra tant gloriosa
Raija dels llabis versos voladors.

Virgili se conmou ab les belleses
Dels camps alegres que fugir no té;
Dant hi coneix la font de ses grandeses;
S´inspira Tasso en virginal lloré.

Misericordiahagueren del Altíssim,
Al passar de la vida los esculls;
Y´t lloan ara ab un parlar suavíssim
A tu, Senyor que sa pregaria aculls.

Petrarca ´l solitari, el bon Ausíes,
Garcilaso lo suau, lo just Boileau;
El vat de les tristeses, Jeremíes;
El conhort de les ánimes, Lleó.


Gozan la luz de la infinita Esencia; ven á sus piés la rotacion del Universo, y los alegres colores con que la ciencia de Dios supo pintar el manto de la aurora.

Un himno de entusiastas armonías se eleva puro, inmenso, al Supremo Espíritu; se levanta grandioso del pensamiento de Isaías; se vivifica en el arpa de David.

Homero canta con misteriosa lira los ciudadanos de esa nueva patria; Píndaro en esa gloriosísima tierra hace saltar de sus labios voladores versos.

Virgilio se conmueve con las bellezas de los alegres campos, que no tiene que abandonar; Dante reconoce la fuente de sus altos pensamientos; se inspira Tasso en virgíneos laureles.

El Altísimo tuvo misericordia de ellos, al atravesar los escollos de la vida; les perdonó sus faltas en el trance de la muerte: y, ahora, te alaban con suavísimos cantos, á Ti, Señor, que acogiste su plegaria.

Petrarca, el solitario; el buen Ausías; el dulce Garcilaso; el recto Boileau; Jeremías, el vate de las tristezas; Leon, el consuelo de las almas.


Lo cech d´Albion, de mística figura,
Que contempla de Deu la caritat;
Manzoni, l´esperança y la ventura,
Que centelleja amor y llibertat.

Y, junt ab ells, del riu per la pradera,
Camoens y Lope, Horaci, Lamartine,
Cervantes, Calderon, Corneille, Herrera,
Breton y Schiller, Ramon Lull, Racine.....

Chors delitosos, música sagrada,
Que de Jehovah les bendicions atrèu;
Rossinyolets qu´alegran exa aymada
Patria del Art, ahont la Bellesa sèu.

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¡Oh, quí pogués sentirne d´eix cántich la dolcesa;
Quí pogués ovirarvos, riberes del nou mon!
Qui pujar á exa gloria de l´inmortal grandesa,
Dexant de nostra terra lo rústichhorizon!

Aquí, baix la miseria, l´esprit se desconhorta;
Les il-lusions defugen com l´aygua del torrent;
Lo mal gust senyoreja de los palaus la porta,
Dins fret materialisme suspira´l pensament.

¡Oh Terra, dolça Terra, qu´el cor del poeta adora;
Oh Terra, dolça Terra, de imatge celestial!
Lo pit seu tes montanyes, tos ciutadans anyora,
Com lo nauxer d´Islandia lo sol meridional.

El ciego de Albion, de mística figura, que contempla la claridad de Dios; Manzoni, la esperanza y la dicha, que centellean amor y libertad.


Y con ellos, en las praderías del río, Camoens y Lope, Horacio, Lamartine, Cervántes, Calderon, Corneille, Herrera, Breton y Schiller, Raimundo Lulio, Racine.....

Coros placenteros de sagrada música, que atrae las bendiciones de Jehovah; ruiseñores, que alegran esa amada patria del Arte, donde la Belleza tiene su trono.
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¡Oh! ¡Quién pudiese percibir ese cántico de dulzura! ¡Quién pudiese veros, playas del nuevo Mundo! ¡Quién subir á esa gloria inmortal, dejando ya nuestros rústicos horizontes!

Aquí, en esta miseria, el espíritu llora, huyen las ilusiones como las aguas del torrente; el mal gusto se sienta en el umbral de los palacios; y, en el vacío del materialismo, se asfixia el pensamiento.

¡Oh Tierra, bendita Tierra, por la cual suspiramos! ¡Oh Tierra, bendita Tierra de celestial imágen! Echamos de ménos tus montes, y tus pobladores, como el navegante de Islandia echa de ménos el sol meridional.


Per exes tes planures son pobre sér delira,
Com l´herba de les prades per l´oratjol matí;
A ta visió riallera ne polsará una lira,
Sentat prop la fontana, vejent l´Estel diví.

¿Qué hi fá, qué hi fá entre´ls homes lo generós poeta
De germandat y gloria, d´independencia falt?
Féuli mercé si us parla del Cel, com un profeta;
La patria dels cors nobles, la Patria, es Allí Dalt!

Juliol 1871.


Por esas tus llanuras mi corazon delira, como la hierba de los prados por el cefirillo del alba. A tu vista pulsaré la cítara, orillas de la sagrada fuente, mirando la divina Estrella.

¿Qué tiene que hacer entre los hombres el generoso poeta, falto de simpatías, de independencia y gloria? Perdonadle, si cual un profeta os habla del Cielo. ¡La patria de los nobles corazones, la Patria, está Arriba!

XV, LA CARITAT.

XV

LA CARITAT.


ODA
Premiada en la Societat catalana La Misteriosa,
en lo certámen de 2 Febrer de 1876,
DIADA DE LA VERGE CANDELERA.

Charitas nunquam excidit...
(Epíst. de S. Pau 1.a á los Corintios;

Cap. XIII, verset. 8.)


Miráu exa Matrona,
Verge y Mare, puríssima y fecunda;
Vèurela pler nos dona;
En fuig la Serp inmunda;
Lo seu rich trono sobre ´ls ángels funda.

Sos ulls miran la cara
Del Sol, que en ells resplán y en ells se mira;
Ab son mantell ampara
Pobre infant que suspira;
Sa má detén la desfermada ïra.

Oh divinal Bellesa
La que illumina ´l front de la Senyora;
Oh may vista grandesa
De l´amor benfactora,
Que son cor ple de gracies atresora.

De bon matí s´axeca
Y al Creador ses oracions envía;
De peresa may peca;
Y, en nom de Deu que´l cría,
Sab guanyar lo dolç pa de cada día.

A voltes la desgraciada
Rodejará son cor; no´s desespera;
De la divina Gracia,
Ab sa fe vertadera,
Remey, socors y pïetat espera.

Ella del sacrifici
De sa quietut y benestar se oblida;
Del mon en benefici
Exposará sa vida,
Mes sòls de Deu vol ser la benehida.

XV
LA CARIDAD.

Mirad esa Matrona, vírgen y madre, purísima y fecunda. Sólo verla nos causa placer. Huye de su lado la inmunda Serpiente; su rico trono se apoya sobre las alas de los ángeles.

Fija sus ojos en el Sol, que á su vez en ellos resplandece y en ellos se mira; bajo su manto ampara niños desamparados; su mano detiene las iras del vengativo.

¡Oh divinal Belleza, la que ilumina la frente de la Señora! ¡Oh nunca vista benevolencia del amor, que en su delicado corazon tiene morada!

Levántase muy de mañana, y eleva sus oraciones al Sér Supremo; no desatiende el trabajo; y, en nombre de Dios, que nos lo da, sabe ganar el dulce pan de cada día.

A veces la desgracia visitará su hogar; no se desespera, por eso: de la Providencia divina, con resignada fe, aguarda el remedio, el socorro y la piedad.

Ella se olvida de haber sacrificado, tal vez, su bienestar y su reposo. En beneficio del mundo expondrá su vida; mas sólo de Dios anhela el premio.


La santa pacïencia,
Li diu: “germana meua en tota cosa.”
Ab pura concïencia
Prega per el qui posa
Al mig de son camí traydora llosa.

Puja á los últims sòtils
Per axugar les llágrimes plorades
En soletat; ni bòtils,
Ni roques espadades
Aturarán ses passes ignorades.

¡Flama d´amor divina
Que crema dins son cor! May torna arrera;
Avant, avant camina;
Sos ulls en l´alta Esfera
Fixos están; l´amor mou sa carrera.

Oh Dona benehida,
Oh idëal de mística tendresa,
Oh llum, oh foch, oh vida,
Llibertat ben entesa
Per les cadenes del pecat may presa.

Jo cerch, jo cerch ton Pare,
Jo la Font de hon tu surts veure voldría;
De la Virtut ets mare,
Del mon ets l´harmonía,
L´altíssim Deu incessantment t´envía.

La santa paciencia le dice hermana mía. Con pureza de intencion, ruega por el que le pone asechanzas en su camino.

Sube á las guardillas, para enjugar lágrimas lloradas en la soledad; ni las arenas de las playas, ni los escuetos montes detendrán sus silenciosos pasos.

¡Llama de amor divino que arde en su corazon! - Nunca vuelve atrás; adelante, siempre adelante en las reformas; su pensamiento fijo en el Cielo, porque el amor la alienta.

¡Oh bendita mujer! ¡Oh Ideal de ternura mística! ¡Oh luz, oh vida, oh fuego! ¡Libertad bien entendida, nunca por el pecado aprisionada!

Yo busco, yo busco á tu Padre; yo anhelo ver la fuente de tu orígen. Eres madre de la virtud; eres la armonía del mundo; el altísimo Dios te manda incesantemente á la tierra.


Del cor en lo misteri
Tu les virtuts hi sembras, real Senyora;
Lo que es un cementeri,
Ab ta alenada fora
Verger riquíssim de l´alegra Flora.

¡Oh bé de Deu! ¡Per gracia
Déxam que conti ta gloriosa gesta!...
Tu en un recó del Assia
Trencares la feresta
Cadena que de Infern era la festa.

Tu al Fill acompanyares
Al Pal d´afronta; sos suspirs oíres;
Y, en loch de nostres pares,
Ab sa Sanch ablanires
De la Justicia divinal les ires.

Les roques del Calvari
Ab la Creu en la má partir te veren;

En mig de son desvari
Los Grechs te conegueren;
Y sos ídols de marbre se romperen.

Los esclaus t´esperavan
En les presons de Roma ab agonía;
Y, vehente, clamavan:
Llibertat. Mare mía;
Y tu los llibertavas aquell día.


En lo profundo del corazon humano siembras tú las virtudes, real Señora; á tu aliento, los más agrestes eriales serían pronto riquísimos verjeles de alegre florescencia.

¡Oh amor de Dios! Déjame por amor que cuente tus gloriosos hechos... Tú en un rincon del Asia rompiste las horribles cadenas regocijo del abismo.

Tu acompañaste al Hijo de Dios al afrentoso Madero; oíste sus suspiros, y, por nuestros padres, satisficiste con su Sangre la justicia divina.

Las rocas del Calvario viéronte partir, con la Cruz enhiesta; á pesar de sus filosóficos delirios, los griegos te conocieron; y los marmóreos ídolos cayeron hechos trizas.

Los esclavos te esperaban, agonizando en las romanas prisiones; al verte, exclamaban: libertad, madre mía; y tú los libertabas presurosa.


En l´inmensa planuria
Del Nort alçat, en inimigues platjes,
Dels Bárbaros la furia
Calmaren tos missatjes;
Y xots tornaren los guerrers selvatjes.

Pujar al Capitoli
La santa germandat del Cristianisme,
Rentar ab sagrat oli
Lo front del estoicisme,
Y esclarir les tenebres del Abisme;

Veus ací la corona
Que ton front engarlanda, y la noblesa
Que tot lo mon pregona;
Sòls tu en mig la vilesa
Predicavas del ánima l´altesa.

Setgles y setgles foren
Dençá d´aquella gesta muy perduda:
Setgles y setgles moren,
Y may quedas retuda,
Ni mortal, ni cansable, ni vençuda.

La ventada violenta
Que t´empenyé t´empeny, santa madona;
La paraula potenta
Del Crist encara sona,
Tot l´Univers ab exa Veu retrona.


En las inmensas llanuras del revuelto Septentrion, en aquellas inhospitalarias tierras tus mensajeros calmaron la furia de los bárbaros; y los guerreros salvajes trocáronse en mansos corderillos.

Subir al Capitolio la santa Fraternidad cristiana; ungir con los sagrados óleos la frente del Estoicismo; y disipar las tinieblas infernales.

Hé ahí la triple corona que orla tu frente; hé ahí los timbres de tu nobleza, por todos pregonada. Sólo tú, en medio del universal rebajamiento, predicabas la dignidad del hombre.

Siglos y siglos han pasado desde aquella inolvidable lucha; siglos y siglos mueren; y tú nunca te paras, ni te mueres, ni te cansas, ni te vencen.

El violento huracán que te impulsó, te impulsa, noble Matrona; la omnipotente palabra de Cristo resuena todavía; á esa Voz retumba el Universo.


Tu sentes encarara
L´entussiasme primer, la fe primera;
Vols axecar un ara
Per tots y una bandera;
Vols que visca lo mon en Primavera.

Corres per pla y montanya,
Passas la mar, l´arena no´t detura,
Unexes la cabanya
Ab la rëal altura,
Y preparas d´amor l´etat futura.

Vencerás l´egoísme;
L´Esquimal y l´Etiop sa rustiquesa,
Rebent lo sant Baptisme,
Perdrán y sa feresa;
Lo Llop en los anyells no ferá presa.

¡Ditxa que´l cor anyora!
¡Qué bella veig la terra, il-luminada
Per la llum venidora!
¡Oh sonrïent aubada!
¡Oh delicia d´amor may acabada!

Janer de 1876.

FÍ DEL LLIBRE TERCER.


Tú sientes aún el entusiasmo, la fe primitiva; quieres levantar un ara y una misma bandera para todos los hombres; quieres que el mundo viva en primavera.

Corres por llanos y sierras; atraviesas el mar; los arenales no te detienen; unes la cabaña con el trono, y preparas de amor la edad futura.

Vencerás al egoísmo. El Esquimal y el Etíope, al recibir las aguas del primer Sacramento, perderán su rusticidad y fiereza. El Lobo no devorará los corderos.

¡Dicha que ansía el corazon! ¡Qué hermosa es la tierra, iluminada por la Luz de lo porvenir! ¡Oh sonriente aurora! ¡Oh delicias de amor interminable!

FIN DEL LIBRO TERCERO.