jueves, 29 de julio de 2021

VI, AMOR DEL BON JESÚS.

VI

AMOR DEL BON JESÚS.

Vous serez le plus ingrat de
touts les homnes si vous n´aimez
pas Dieu qui vous aimes tant, et
qui ne se rebute point de frapper
á la porte de vostre coeur pour y
répandre son amour.

(FENELON. - Lletres espirituals.)

Anima meua, per est mon perduda,

Per entre´ls espinals desgarriada,
Ovella tendra, dins lo bosch ombrívol;
S´en ve la nit, y está la guarda llunya;
¿Qué ferás, lassa, quant lo llop s´en tema
De que tu has fuyta y lo camí no trobas?
Vindrá lo llop. Sa gola ja aparella,
Ja ses dents verinoses vol clavarte;
¡Detúrat, infeliça!


VI
AMOR DE JESUCRISTO.

Alma mía, perdida por el mundo, extraviada entre las zarzas, pequeña ovejuela, en la oscuridad del bosque. Viene la noche; está lejos tu rebaño. ¡Ay triste! ¿Qué vas á hacer, si el lobo se apercibe de tu fuga y extravío? Ya se acerca el lobo; abre las fauces, quiere hincar en tus carnes sus venenosos dientes. ¡Párate, infeliz!


¡Oh bon Pastor! ¿La dexarèu tant sola,
Y abandonada á l´inimiga furia?
¿La trobarán los vïatjers cadavre
Mig menjat, del torrent á la vorera?

Sos òssos compodrits haurán per tomba
L´aspre rocam, ó del milá les críes?

¡No, per gracia! ¡Cuytáu, qu´encara es hora,
Cuytáu, Senyor, y á son ramat tornáula

Sobre la vostra esquena!

Ánima mía, ¿sents la veu placévola
Del bon Jesús qui ple d´amor te crida?
Torna, torna, d´amor ubriacada;
No tengas por de que ab mal ull te mire;
No cregas, no, que rebujarte vulla;
Ab los braços extesos Ell t´espera
Per oblidar tes enujants ofenses,
Per darte una dolcíssima abraçada
Y esser la teua gloria.

Sempre Jesús als pecadors estima;
Jesús derrama de los bens la copa.
Un día, quant los hòmens renegaren
Y Adam seguí les infernals banderes,
Nengú sortía fiançador del Home,
Nengú per l´Home del Etern les ires
Resolgué satisfer; les cruels tristeses
Eran les primogènites germanes
De la nissaga nostra.


¡Oh buen Pastor! ¿Dejarásla sola, y abandonada á la enemiga furia?
¿Encontraránla cadáver los viajeros, medio comido, á la orilla del torrente? ¿Sus restos putrefactos, tendrán por sepultura las escuetas roca, ó las crías de los cuervos (milá : milanos)? ¡No, por gracia! ¡Apresúrate, que es tiempo todavía; apresúrate, Señor, y vuélvela sobre tus espaldas al aprisco!

Alma mía, ¿oyes la plácida voz de Jesucristo que te llama, movido de su amor? Vuelve, vuelve, de amor embriagada. No temas que te mire con enojo; no creas que á rechazarte vaya. Con los brazos abiertos Él te espera; para olvidar tus irritantes injurias; para darte dulcísimo abrazo, y ser tu gloria.

Jesus ama siempre á los pecadores; Jesus derrama la copa de los bienes. Un día, cuando renegaron de su Creador los hombres, y Adan siguió las banderas del Infierno; nadie salía fiador de los humanos; nadie resolvió satisfacer por ellos á la divina Justicia: las crueles tristezas eran las hermanas mayores de nuestra raza (nissaga: saga).


Y Ell més plasent que totes les criatures,
Y Ell més amant que´ls serafins altívols,
Verb inmortal de la inmortal Essencia,
De carn mortal ofría revestirse
Y ab sa mort rembre lo perdut llinatje.
Y aparegué. Y ´ls ángels lo vegeren
Arrufadetdemunt la menjadora,
¡Oh fineses d´amor!, desde l´infancia
Donantnos bell exemple.

Després fet home corregué la terra,
Del vall á la montanya, per les viles,
Conhort suavíssim regalant als pobles.
Exían de sa boca les paraules
Tant sòls pera dictarnos la sabiesa,
La fe senzilla, y el perdó benévol.
De son ropatje una virtut sortía
Qu´als coxos y tullits alleugerava,
Movent llur cor de teya.

Hereu del regne de los cels no fore
L´home caygut, sens eix Amor per mestre,
Que son giny endreçás per bona vía,
Que sa pena regís malensenyada.

Sens eix Amor per metje, corrompuda
La terra fore ab lo lleig cranch del vici;
Sense eix Amor, ¡ay Deu!, per santa víctima,
De los abyms l´eterna flamarada
Era la nostra herencia.


Y Él más amable que todas las criaturas, más amoroso que los elevados serafines. Verbo inmortal de la inmortal Esencia, ofreció vestirse de carne mortal, y con su muerte redimir el humano linaje.
Y apareció. Los ángeles le vieron, reclinado en el pesebre de Belen.
¡Oh finezas de amor! Desde la cuna nos dió bellos ejemplos.

Luégo, ya hombre, recorrió la tierra de Palestina, los montes, y los pueblos, regalando la suavidad de su consolacion. Salían de su boca las palabras, sólo para dictarnos sabias cosas, la Fe sencilla, y el perdon benévolo. De su vestido salía tal virtud, que aliviaba á los cojos y tullidos, moviendo á penitencia su corazon de roca (teya).

Heredero del reino de Dios, no sería hoy el Hombre caído, sin ese Amor por maestro, que su juicio endereza al buen camino, que rige su ántes mal enseñada inteligencia. Sin ese Amor por médico, estaría la tierra devorada por el horrible cáncer de los vicios. Sin ese Amor, ¡ay Dios!, por santa víctima, la eterna llamarada de los abismos sería nuestra herencia.


¡Be ho sap aquexa roca del Calvari!
Allí, clavat Jesús al pal d´afronta,
Com infelís esclau per l´hom suspira.
Negra fosca cubreix lo sacrifici,
Estremida la Terra se detura,
Brujit de flastomíes l´ayre omplena;
Y devalla la veu adolorida
Del bon Jesús, qui desde l´alt patíbol
Sitio, - tench set, - clamava.

¿Y de qué assedegat talment podía
Nostre Jesús estar? ¿Per quí angunioses
Al etern Pare ses paraules pujan?

¡Ah! ¡prou que´s veu! Estimació tot era;
Patir, set de patir per nostres ánimes,
Set tormentosa de dexarnos lliure
De fanch l´esprit, lo cor de l´impuresa,
La Fe del dubte, calcigant per sempre
De Satanás l´imperi.

Y un poch abans de bèurese lo cálzer,
¡Oh gran Mártyr del mon!, en la vesprada,
Havent amat desde´l principi als hòmens
Aymáls fins á la fí. Los sants Apòstols
Lo viu recort de la passió reberen,
¡Angèlich Pa, de los cristians fortesa,
Goig de llur vida, de llur cel penyora,
Miracle hermós qu´al home dignifica,
Batent son captivatje!


¡Sábenlo, sí, las rocas del Calvario! Allí, clavado Jesus en afrentoso madero como un infeliz esclavo, suspira por el Hombre. Negra oscuridad rodea el Sacrificio; la tierra estremecida va á pararse; sordo ruido de blasfemias rueda en la atmósfera; y baja la doliente voz de Jesus, que desde el alto patíbulo clama: Sitio, - tengo sed.

Y ¿de qué podría estar sediento, tan intensamente, nuestro divino Jesus? ¿Para quién suben al eterno Padre, sus angustiosas palabras?
¡Ah! ¡Demasiado lo conocemos! Todo era amor; y sed de padecer por nuestras almas; sed tormentosa de dejarnos libres de cieno (fango: fanch) el espíritu, de impureza el corazon, de dudas la fe, hollando para siempre el satánico imperio.

Y ántes de apurar el Cáliz de su pasion; ¡oh sublime Mártir del mundo!, en aquella noche memorable de la última cena, habiendo amado desde el principio á los hombres, los amó hasta el fin. Los santos apóstoles recbieron el vivo recuerdo de la pasion, el Pan de los ángeles, fortaleza de los cristianos, gozo de su vida, prenda de su cielo, hermoso milagro, que dignifica al hombre, rompiendo su cautividad.


¿Ho sents, ánima mía? ¿Y exmoguda
No t´han de Jesucrist aytals grandeses?
¿Qué més esperas que no´t mous encara?
¿Qué més cobejas que de greu no ploras?
Torna, torna, d´amor ubriacada;
No tengas por de que ab mal ull te mire,
No cregas qu´Ell tot rebujarte vulla;
Ab los braços extesos ja t´espera,
Vol ser la teua gloria.

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¡Senyor, Senyor!, á vostres peus tirada
L´ánima mía reconeix l´angoxa
Que per ella sentiu, y ses injuries.

¿Per qué ho tench d´amagar? A la presencia
De vos qu´el sol creáreu ho confeso.
¡Culpable som; som la perduda ovella!
Mes vos sou bo, com la remor dels arbres;
Dolcíssim com la mel de primavera;
Sou del Amor... ¡MISTERI!

Janer 1871.


¿Lo oyes, alma mía? ¿No te enternecen esas maravillas del Amor de Jesucristo? ¿Qué más esperas, que áun no te mueves? ¿Qué más buscas, que no rompes en amargo llanto? - Vuelve, vuelve, de amor embriagada. No temas que Él te mire con enojo; no creas que vaya á rechazarte. Ya te aguarda con los brazos abiertos; quiere ser tu corona..........

¡Señor, Señor!, á tus piés arrojada el alma mía, reconoce la angustia que por ella sientes, y sus ofensas. ¿A qué negarlo? Ante ti, que el sol creaste, lo confieso. Culpable soy; soy la perdida oveja. Mas tú eres bueno, como el rumor de los árboles; dulcísimo, como la miel de primavera. Eres de Amor... ¡MISTERIO!

V, LA COVA DE BETLEM.

V

LA COVA DE BETLEM.

Ja sabets quel bon Jhesús
En la nit que El naxía
Feya als ángels lá sus
Cridar pau e cortesía:
Al mon venir no volía
Mentre hi hac divisió;
Amor e dilectió
Al bon Senyor li plasía.

(Fra Entelm Turmeda.)

Veniu, pastors qui guardau les vigilies de la nit; vosaltres, qui pasturau les manses ovelletes en los contorns de la filla de Salem; vosaltres, qu´heu sentida la veu de los arcángels, quant la claror esbalahidora per plans y per montanyes resplendía; vosaltres, qu´heu ascoltat, esferehits y en éxtassis, lo cántich celestial que proclamava: “Gloria á Deu en les Altures, y pau en la terra á los hòmens de bona voluntat.”


V
LA CUEVA DE BELEN.

Sabéis que Jesucristo en la noche de su nacimiento,
hacía que los ángeles anunciasen por el cielo paz y buena voluntad. No quiso venir al mundo miéntras hubo discordia; amor, amor puro, fué la complacencia del buen Dios.
(Fray Anselmo Turmeda.)

Venid, pastores que guardáis las vigilias de la noche; vosotros, que apacentáis las mansas ovejuelas por los alrededores de la hija de Sion; vosotros, que oísteis la voz de los arcángeles, cuando la imponente claridad resplandecía por llanos y montañas; vosotros, que escuchasteis, en el éxtasis del temor, el cántico celestial que proclamaba: “Gloria á Dios en las alturas, y paz en la tierra á los hombres de buena voluntad.”


Veniu, pastors, animetes lleals y compasives.
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Es nat un Salvador. Anem, cerquemlo, y presentemli la llana més hermosa dels anyells, la llet més blanca de la tendra ovella, lo més triat cistell de dolços fruyts. L´amor religiosa, que fa son niu de roses vermellenques dintre del vostre cor, vos donará les místigues ofrenes que fidelment y humil li posaréu. Lo suau flaviolet de llavorada canya, de l´horta y los gorets pura delicia, y el tamborino, de la festa la pau y la bonança, li tocaréu ballant per alegrarlo.

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Veniu, pastors, cors sense fel, senzills com la coloma.
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Ja veym la santa cova. La rústiga porxada les bisties del camp encobría; mes ara dona cobro á un ninet de cabells rossos com un fil d´or, de cara resplendent com un ivori, en braços de una noble Joveneta, més pura que de la neu la no tocada flovia, més bella que la vermellor del nigulet de
l´auba.

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Veniu, pastors; veniu atxerovides pastorelles, de la virtut y de la gracia sempre corals amigues.


Venid, pastores, almas leales y compasivas.

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Os ha nacido un Salvador. Vamos, busquémoslo, y presentémosle la más hermosa lana de los borreguillos, la leche más blanca de la jóven oveja, la más escogida cesta de dulce fruta. El amor de Dios, que de bermejizas rosas construye nido en nuestro corazon, os proporcionará las místicas ofrendas que con fiel humildad le llevaréis. El torloroto de labrada caña, alegría de los prados, y el tamboril, que es paz y regocijo de las fiestas, tocaréis bailando para alegrarle.

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Venid, pastores, corazones sin hiel, sencillos como la paloma.

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Ya vemos la santa Cueva. El rústico cobertizo resguardaba de la intemperie bestias del campo; mas hora cobija á un niñito de cabellos rubios como hilos de oro, de cara reluciente como el marfil, en brazos de noble Vírgen, más pura que el ampo de no tocada nieve, más bella que las encendidas nubes de la aurora.

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Venid, pastores; venid, lindas zagalas, siempre de la gracia y de la virtud íntimas compañeras.


No veig, no veig la vella menjadora; no veig, no veig les ruines esfondrades; no sent los alens del bou y de la mula... La Mare verge té ´l fillet demunt; lo besa milions de vegades, y´l bolca ab amorosa reverencia. Joseph li porta los blanquíssims draps, y les netes y enmidonades faxes; una llágrima cau de ses pipelles. Y la gloria divinal de lo etern Pare, y la flama viva de lo etern Esperit, de llum y majestat omplen lo primer alberch de l´eterna Sabiduría incarnada.

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Veniu, pastors de Israel y de Judá, agenollats posauvos devant el senyor Deu.

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Angels, arcángels, tronos, dominacions, poders, principats, virtuts, querubins y serafins, benhaurades criatures de l´altíssima gloria, cantáu ab vostres harpes melodioses; derramáu les notes de les vostres cítares profétiques per los espays ahont rodan les estrelles, per les amples cordilleres de la terra, per los serrals y collades, per les viles y ciutats, per les mars y los rius, per hontsevulla los fills de Deu aman y esperan.

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Veniu, pastors.
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No quiero ver el viejo pesebre; no quiero ver las derribadas ruinas; no oigo la respiracion del buey y de la mula... La Madre vírgen tiene á su hijito en el regazo; lo besa millares de veces; y le empaña con amorosa reverencia. José le da los blanquísimos pañales, las limpias y almidonadas fajas; una lágrima rueda por sus mejillas. Y la divina gloria del eterno Padre, y la viva llama del eterno Espíritu, llenan de luz y majestad el primer albergue de la eterna Sabiduría encarnada.

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Venid, pastores de Israel y de Judá, arrodillaos ante el Señor Dios.

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Angeles, arcángeles, tronos, dominaciones, poderes, principados, virtudes, querubines y serafines, bienaventuradas criaturas de la altísima Gloria, cantad, cantad con vuestras melodiosas arpas; derramad las notas de vuestras proféticas cítaras por los espacios donde giran las estrellas, por las anchas cordilleras del globo, por colinas y gargantas, por pueblos y ciudades, por mares y ríos; por do quiera los hijos de Dios esperan y aman.

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Venid, pastores.

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La mare verge posa el minyonet en la vella menjadora, de palla menuda y encalentida plena. ¡Ah! lo minyó té fret, perque gela esta ivernada; tremola de fredor, ´par que suspira. ¡Ah!, l´anyellet del Senyor, ninet del Cel, que naxes en la terra, fill de puríssimes entranyes, tu l´humanal llinatje vens á rembre. Plora y suspira; també plora y suspira la malaltissa Humanitat. ¡Ah! ¡Redemptor! Permetnos que besem d´aquexa cova la beneyta pedruscada, ó les floretes silvestres: voldríam ara al manco un brotet de romaní; al manco un ramerol de les sibines y barba d´olivera, pera ferne tot l´any piadosa cortesía. 

Amar, volem amarnos, y amarte pera sempre.

¡Ah! ¡Salvador! ¡Emmanuel! ¡Deu ab nosaltres.

Decembre de 1876.


La Madre Vírgen pone al parvulillo en el viejo pesebre, de menuda y caliente paja lleno. ¡Ah! el parvulillo tiene frío, porque este invierno hiela; está tiritando, paréceme que suspira. Niño del cielo que naces en la tierra; Hijo de purísimas entrañas; Tú vienes á redimir el humano linaje. Llora y suspira; tambien suspira y llora la enfermiza humanidad.
¡Ah! ¡Redentor! Permítenos que besemos el cascajo de esa cueva, ó las florecillas silvestres: á lo ménos desearíamos de ella una mata de romero, un ramito de las sabinas ó de afelpado musgo, para guardarlo piadosamente todo el año. Sí, queremos amarnos, y amarte para siempre. ¡Ah! ¡Salvador! ¡Emanuel! ¡Dios con nosotros!